Impacto de la política de Trump en la normativa CAFE y el futuro del coche eléctrico en EE.UU.
Descubre cómo los cambios en la normativa CAFE de Trump para 2025 afectan el futuro de los coches eléctricos vs gasolina. Análisis completo de las nuevas regulaciones de emisiones en EE.UU. y su impacto en la industria.
El reciente anuncio del presidente Donald Trump de revertir las exigencias de eficiencia de combustible y emisiones establecidas por su predecesor, Joe Biden, ha sacudido a la industria automotriz mundial. Esta decisión no solo modifica el rumbo de la normativa Corporate Average Fuel Economy (CAFE), sino que también envía una señal contundente sobre el futuro de los vehículos eléctricos en Estados Unidos. En este análisis, profundizamos en los detalles técnicos, las implicaciones para fabricantes y consumidores, y las posibles consecuencias a
Introducción: La normativa CAFE y la batalla política por el futuro del automóvil
Desde hace décadas, la regulación ambiental y de eficiencia energética en el sector automotor ha sido un campo de batalla entre demócratas y republicanos. Mientras que la administración Obama (y posteriormente la de Biden) impulsó estándares más estrictos para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, la administración Trump (2017-2021) ya había intentado relajar esos requisitos. Ahora, en su segundo mandato, Trump ha dado un paso aún más lejos al desmantelar por completo el endurecimiento de los estándares CAFE que Biden había implementado para los años 2024-2026. Este movimiento, que el propio presidente ha calificado como “acabar con la estafa de la ‘Nueva Verde’”, promete reducir los precios de los automóviles pero también podría frenar la transición hacia la movilidad eléctrica.

¿Qué es la normativa CAFE y por qué es crucial?
CAFE (Corporate Average Fuel Economy) es un conjunto de regulaciones establecidas en 1975, tras la crisis del petróleo, con el objetivo de mejorar la eficiencia energética de los vehículos vendidos en Estados Unidos. En esencia, exige que cada fabricante alcance un promedio de consumo de combustible (expresado en millas por galón, mpg) para toda su flota de vehículos ligeros (coches y camionetas) vendida en el país. El cálculo se realiza ponderando las ventas de cada modelo y su consumo en ciudad y carretera. El incumplimiento conlleva fuertes multas económicas, lo que obliga a las marcas a invertir en tecnologías más eficientes o a incorporar vehículos eléctricos (que cuentan como consumo infinito o se aplica una fórmula especial).
La importancia de CAFE radica en que es una herramienta poderosa para reducir la dependencia del petróleo y las emisiones de dióxido de carbono (CO2). Al forzar a los fabricantes a mejorar la eficiencia, se impulsa la innovación en motores de combustión, transmisiones, aerodinámica, reducción de peso y, sobre todo, la electrificación. Para más detalles técnicos, puedes consultar la página oficial de la NHTSA, organismo encargado de administrar CAFE.
Los cambios de Trump vs. el plan de Biden: Un desglose detallado
La administración Biden había endurecido los estándares CAFE para los años 2024, 2025 y 2026, estableciendo aumentos anuales del 8% en los dos primeros años y del 10% en el tercero. Según las estimaciones, esto hubiera llevado el promedio de la flota a aproximadamente 49 mpg (4,8 l/100 km) para 2026, frente a los 40 mpg (5,9 l/100 km) vigentes en 2020. Además, Biden había restablecido las multas por incumplimiento, que Trump había reducido a cero, y había apoyado el plan del estado de California que prohibiría la venta de nuevos vehículos de combustión a partir de 2035.
La nueva administración Trump ha revertido todas estas medidas:
- Eliminación de los aumentos anuales: Se mantienen los niveles previos (alrededor de 40 mpg) sin incrementos obligatorios.
- Supresión de las multas: Las penalizaciones por no alcanzar el promedio de eficiencia se reducen a 0 dólares, eliminando cualquier incentivo económico para cumplir.
- Revocación del plan de California: Se anula la autoridad especial que permitía a California establecer estándares más estrictos y su mandato de venta 100% eléctrica para 2035.
En el siguiente cuadro comparativo se resumen las principales diferencias:
Tabla comparativa: Políticas CAFE y electrificación bajo Biden y Trump
| Aspecto | Administración Biden (2021-2025) | Administración Trump (2025-...) |
|---|---|---|
| Estándares CAFE (aumento anual) | 8% en 2024 y 2025, 10% en 2026 (equivalente a ~49 mpg en 2026) |
Sin aumentos; se mantienen niveles anteriores (~40 mpg) |
| Multas por incumplimiento | Aplicadas (penalizaciones significativas) | Eliminadas (penalización de 0 dólares) |
| Plan de California para vehículos de cero emisiones | Respaldado (prohibición de venta de nuevos vehículos de combustión en 2035) | Revocado |
| Postura oficial hacia los vehículos eléctricos | Fomento activo, extensión de incentivos fiscales | Crítica abierta, denominándolos "estafa verde" |
Estos cambios han sido formalizados a través de la One Big Beautiful Bill Act, una ley ómnibus promulgada en julio de 2025 que, entre muchas otras disposiciones, incluía la eliminación de las multas CAFE. Posteriormente, en diciembre, Trump firmó la resolución conjunta que revoca el plan de California y anula los incrementos de eficiencia. Como analizamos en el SUMMIT 2025, la industria reclama claridad regulatoria para poder invertir con confianza en tecnologías limpias.
Impacto inmediato en fabricantes y precios al consumidor
El relajamiento de los estándares CAFE tiene un efecto directo sobre los fabricantes de automóviles. En primer lugar, reduce la presión para desarrollar vehículos más eficientes o eléctricos a corto plazo. Marcas que habían acelerado sus planes de electrificación podrían reconsiderarlos, al menos para el mercado estadounidense, y extender la vida de sus modelos de combustión interna. Esto podría traducirse en un ahorro en costos de desarrollo y producción, que teóricamente se trasladaría a los consumidores en forma de precios más bajos.
De hecho, la administración Trump argumenta que la medida ahorrará a las familias estadounidenses 109.000 millones de dólares, evitando el incremento de aproximadamente 1.000 dólares en el precio medio de un coche nuevo que, según sus cálculos, habría causado el endurecimiento de Biden. Sin embargo, esta estimación es controvertida: algunos analistas señalan que los precios de los vehículos ya han subido debido a factores globales (escasez de chips, inflación) y que la normativa CAFE no es el principal impulsor.
Más allá del corto plazo, la incertidumbre regulatoria perjudica la planificación a largo plazo de la industria. Como analizamos en nuestro artículo sobre la Revolución Automotriz 2025, la transición hacia la electrificación es una tendencia global imparable, impulsada no solo por regulaciones, sino también por la demanda de los consumidores y la competencia tecnológica. Las marcas que retrasen sus inversiones en vehículos eléctricos podrían perder competitividad frente a rivales chinos y europeos, que siguen avanzando a toda velocidad.
La 'guerra' eléctrico vs. combustión: Datos de mercado tras el anuncio
En los últimos años, las ventas de vehículos eléctricos en Estados Unidos han crecido de forma constante, aunque todavía representan un porcentaje menor del total (alrededor del 8% en 2024). Tesla sigue siendo el líder indiscutible, pero marcas tradicionales como Ford, General Motors y Stellantis han lanzado modelos eléctricos con relativo éxito. Según nuestro análisis de los coches eléctricos más vendidos en 2024, los estadounidenses prefieren los SUV eléctricos y las pickups, como la Ford F-150 Lightning.
La decisión de Trump podría ralentizar esta tendencia al eliminar los incentivos regulatorios y enviar un mensaje político contrario a la electrificación. No obstante, factores económicos como el precio de la gasolina, la reducción de costos de las baterías y la mejora de la infraestructura de carga continuarán influyendo en la adopción. Además, modelos como el Alpine A390 demuestran que los vehículos eléctricos pueden ofrecer un rendimiento deportivo que rivaliza con los mejores modelos de combustión, atrayendo a un público entusiasta.
Es probable que el mercado se divida: los estados más progresistas (California, Nueva York, etc.) mantendrán su apoyo a los eléctricos a través de incentivos locales, mientras que en estados conservadores los vehículos de gasolina seguirán dominando. Esta fragmentación complica las estrategias de los fabricantes, que deberán ofrecer una gama dual para satisfacer demandas opuestas.
Análisis de las declaraciones: ¿'Estafa verde' o necesidad ambiental?
Donald Trump ha utilizado un lenguaje muy duro contra las políticas de electrificación, afirmando que "les lavaron el cerebro a las personas" y que se trata de una "nueva estafa verde". Sus argumentos se centran en:
- El alto costo de los vehículos eléctricos y la infraestructura necesaria.
- La dependencia de China para las baterías y minerales críticos.
- La preferencia de los consumidores por los vehículos de combustión, especialmente en un país con abundante petróleo y gas.
Por otro lado, defensores de la transición energética argumentan que:
- El cambio climático es una amenaza real y el transporte es responsable de una cuarta parte de las emisiones de CO2 en EE.UU.
- La electrificación reduce la dependencia del petróleo extranjero y puede impulsar la industria nacional si se desarrolla una cadena de suministro local.
- Los costos de los vehículos eléctricos están cayendo rápidamente y a largo plazo son más baratos de mantener.
- La innovación tecnológica en baterías y energías renovables es clave para la competitividad económica del país.
Lo cierto es que, más allá de las declaraciones, la ciencia respalda la necesidad de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, y el sector del transporte tiene un papel crucial. Sin embargo, la velocidad y los métodos para lograrlo son materia de debate político y económico.
Implicaciones globales y el caso de California
California ha sido históricamente un líder ambiental en EE.UU. Bajo la Ley de Aire Limpio, tiene la autoridad de establecer estándares de emisiones más estrictos que los federales, y una docena de estados suelen seguir su ejemplo. En 2020, California anunció su plan de prohibir la venta de nuevos vehículos de combustión para 2035, medida que fue respaldada por la administración Biden. La revocación de Trump elimina esa autoridad y anula el mandato, lo que ha generado una batalla legal que probablemente llegue a la Corte Suprema.
Este conflicto no solo afecta a California, sino también a otros estados que habían adoptado sus normas, creando un mosaico regulatorio que dificulta la operación de los fabricantes. A nivel internacional, la posición de EE.UU. podría debilitar los esfuerzos globales para reducir emisiones, aunque la Unión Europea, China y otros mercados mantienen sus objetivos de electrificación. De hecho, en Europa, vehículos asequibles como el Mobilize Duo están ganando terreno, demostrando que la movilidad eléctrica puede ser accesible para las masas.
Para entender en detalle el plan de California, puedes visitar la página oficial del programa Advanced Clean Cars de la Junta de Recursos del Aire de California (CARB).
Conclusión: ¿Un freno temporal o un cambio de rumbo duradero?
La reversión de los estándares CAFE por parte de la administración Trump marca un giro radical en la política ambiental estadounidense. En el corto plazo, alivia la presión sobre los fabricantes y podría contener los precios de los vehículos nuevos. Sin embargo, la incertidumbre regulatoria y el mensaje político de rechazo a la electrificación podrían desincentivar las inversiones en tecnologías limpias, con el riesgo de que la industria automotriz de EE.UU. pierda terreno frente a competidores globales que sí están apostando fuerte por el futuro eléctrico.

Es importante recordar que las regulaciones pueden cambiar nuevamente con futuras administraciones. La transición energética es un proceso a largo plazo, y aunque un gobierno puede ralentizarla, es poco probable que la detenga por completo, dada la evolución tecnológica y las presiones del mercado. Los consumidores, cada vez más conscientes de las alternativas, tendrán la última palabra.
¿Qué opinas sobre la medida de Trump?
Nos interesa conocer tu punto de vista. ¿Crees que relajar los estándares CAFE beneficiará a los consumidores y a la industria automotriz estadounidense? ¿O consideras que es un paso atrás en la lucha contra el cambio climático y la innovación tecnológica? Deja tu comentario más abajo y comparte este artículo si te pareció interesante. ¡Tu participación enriquece el debate!
Preguntas Frecuentes
¿Qué es la normativa CAFE y cómo me afecta como comprador?
CAFE es una ley que obliga a los fabricantes a vender vehículos con un promedio de consumo eficiente. Si se relaja, podrías encontrar pick-ups y SUVs más baratos a corto plazo, pero con mayor gasto en combustible. A largo plazo, esta decisión podría ralentizar la llegada de tecnologías más eficientes y económicas de mantener.
¿La decisión de Trump hará más baratos los coches eléctricos?
No directamente. Al reducir la presión por cumplir estándares de eficiencia, los fabricantes podrían priorizar vehículos de combustión sobre los eléctricos. Esto podría desacelerar las inversiones en electrificación y, en consecuencia, retrasar la reducción de precios de los EVs que se esperaba con economías de escala.
¿Qué fabricantes se benefician más con este cambio?
Se benefician las marcas con flotas dominadas por SUVs, pick-ups y vehículos grandes, como Ford, General Motors y Stellantis (RAM). Estas empresas enfrentaban grandes desafíos y costos para electrificar sus modelos más pesados. Ahora tendrán más flexibilidad y menos riesgo de multas por no alcanzar los promedios de consumo exigidos.
¿Esta política elimina los incentivos para comprar un coche eléctrico?
No los elimina, pero reduce su urgencia estratégica para los fabricantes. Los incentivos fiscales federales existentes para el consumidor podrían mantenerse, pero el mensaje político puede desanimar a algunos compradores. El enfoque de la industria podría alejarse de la electrificación masiva hacia mejoras incrementales en motores de gasolina.
¿Cómo impacta esto en los planes de marcas como Tesla o Rivian?
Es un desafío. Su modelo de negocio puro en eléctricos se ve afectado porque los créditos de eficiencia que venden a otros fabricantes pierden valor. Con estándares más laxos, las marcas tradicionales tendrán menos necesidad de comprar estos créditos para compensar sus vehículos menos eficientes, impactando un ingreso clave para estas empresas.